Pequeños departamentos en grandes ciudades
Después de años de estudiar, de contar con el apoyo de la familia o de vivir con compañeros de cuarto a varios kilómetros de distancia del núcleo familiar, finalmente llega el momento de dar el paso y conseguir un departamento para establecerte de forma individual.
Además de emocionante, independizarse por completo tiene algunas ventajas; por ejemplo, nunca más tendrás que consultar a nadie sobre la decoración, la contratación de servicios o el horario para entrar y salir de la vivienda. Tampoco será obligatorio vestir con ropa apropiada para moverte de la habitación a la cocina, ni cerrar la puerta del baño o conservar un nivel prudente de la música o de la televisión. Liberador, ¿verdad?
Sin embargo, hay algunas cosas que probablemente, sin duda, deberías considerar antes de mudarte por tu cuenta:
- Haz copias de tus llaves y déjalas con alguien de confianza: Piensa esto: ya no tienes un compañero de cuarto, hermanos o padres que te auxilien y te dejen entrar hasta tu cuarto cuando la fiesta se prolongó, o simplemente cuando extraviaste tus llaves. Especialmente a deshoras, siempre será mejor llamarle a tu contacto de confianza para pedirle que te entregue el juego de copias de las llaves, en lugar de buscar a un cerrajero que esté dispuesto a ayudarte y que cobrará el proporcional de la distancia recorrida para llegar hasta ti, además de por el servicio prestado.
- Las facturas se vuelven caras cuando no las divides: Tú disfrutas, tú pagas. Ten esto en cuenta cuando hagas tu presupuesto y asegúrate de mantener una reserva económica para pagar las cuentas indispensables: electricidad, agua, gas y mantenimiento, en caso de que tu edificio lo requiera. Para prevenir cuentas costosas, ahorra todo lo que puedas, especialmente en materia de energía eléctrica y de agua.
- Mantén la higiene: Ok, anteriormente mencionamos la importancia de ahorrar energía y agua, pero por favor, siempre baja la palanca del inodoro. También, asegúrate de limpiar las ventanas, lavar los pisos y mantener la cocina sin platos ni vasos sucios. Es por tu imagen, por tu comodidad, y principalmente por tu salud.
- Comprarás mucho: No, no lo decimos literalmente. Pero cuando tienes la costumbre de compartir los gastos con otras personas, hacerte cargo de la compra de insumos como el papel higiénico, detergente, acondicionador, shampoo, jabón, aromatizante, despensa… Te sorprenderá la cantidad de cosas pequeñas que necesitas y que marcarán una enorme diferencia en el uso que le das a tu presupuesto. Lo mejor es que lo tomes con calma y te prepares adecuadamente para ello.
- Organiza una fiesta de inauguración de la casa u open house: Probablemente no necesitas un pretexto para organizar una fiesta, pero tu open house es especial. Además de recibir la compañía y el cariño de tus familiares y amigos, es una costumbre que durante la fiesta de inauguración de una nueva casa los invitados obsequien regalos útiles para acondicionarla y para tener una vida más fácil y bonita en ella. ¡Déjate consentir! Todos necesitamos un empujoncito para empezar, y qué mejor que recibir el impulso y la buena vibra de tus seres queridos para iniciar tu estancia con el pie derecho.
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