Ir a contenido
Hasta cuándo es bueno dormir con tu hijo

Hasta cuándo es bueno dormir con tu hijo

Compartir la cama con tus hijos pequeños es una situación común para la mayoría de las familias, pues esta es una forma de mantenerse cerca para brindar los cuidados necesarios, principalmente cuando los pequeños tienen apenas meses de edad. 

Se trata de una práctica tan común, que de hecho es denominada con distintos nombres de acuerdo con sus variaciones. ¿Los conoces?:

Co-dormir o co-lecho: Esta es la práctica de dormir en la misma cama o muy cerca de tu hijo. 

Compartir la cama: un subtipo de colecho, esto es cuando el niño comparte la cama con uno o ambos padres.

Colecho reactivo: esto es cuando el niño se acuesta en su propia habitación, pero luego se despierta y termina en la cama de los padres en algún momento durante la noche.

El colecho es una práctica estándar; es decir, muchas culturas alrededor del mundo la comparten. Sin embargo, existe mucha controversia con respecto a los efectos físicos y psicológicos de que tu hijo comparta tu cama, tanto para él, como para ti. 

Algunos estudios indican que el colecho puede causar una menor o mala calidad del sueño, lo que resulta en más despertares nocturnos y en somnolencia diurna, tanto para los niños como para los padres. Pero también existen algunos beneficios de esta práctica que impactan en los niños, por ejemplo, una menor dificultad para conciliar el sueño, menos problemas para despertarse por la mañana, un sueño continuo durante la noche y menores probabilidades de desarrollar transtornos del sueño en el futuro. 

Considerando pros y contras, la recomendación general es que los niños duerman solos, en su propia habitación. Pero, si la familia elige dormir juntos, deben practicar hábitos de sueño seguro y mantener buenas rutinas. 

Uno de los principales inconvenientes del colecho es que los niños pequeños no establecen hábitos de sueño saludables desde el principio. Los hábitos saludables de sueño son indispensables para conservar el bienestar físico y mental de personas de todas las edades; pero, como es normal, los adultos no suelen ir a la cama demasiado temprano, como deberían hacerlo los niños, provocando un desfase entre el momento de ir a la cama de unos y otros. 

Paradójicamente, uno de los pasos principales para establecer hábitos de sueño saludables es implementar una rutina constante a la hora de acostarse, que incluye un horario de sueño para ir a la cama y para despertarse, los siete días de la semana.

Los padres también deben asegurarse de que su hijo duerma lo suficiente de acuerdo con su edad y su etapa de desarrollo. Pero, ¿Cómo saber cuando tu hijo es demasiado mayor como para continuar durmiendo juntos? Aunque no hay una edad específica en la que pueda considerarse demasiado grande para esto, cuando consideres conveniente, debes realizar una transición paulatina del menor hacia su cama y su propia habitación. 

Cuando decidas que ha llegado este momento crucial, hazlo gradualmente. Muéstrale que puede quedarse dormido sin que tú estés acompañándolo. Acuéstalo en su cama cuando esté somnoliento pero aún sin estar dormido, y luego aumenta poco a poco el tiempo fuera de su habitación para que se acostumbre a quedarse dormido solo. Así, eventualmente, podrá conciliar el sueño sin ti.

Si buscas más ideas de decoración, conoce nuestra excelente Cama Abatible que encontraras en nuestra tienda.

Artículo anterior 5 tips para tener una recámara armónica según el feng shui
Artículo siguiente Descubre todo lo que puedes guardar en tu cama baúl